De la cocina de Picasso a la de la Biblioteca Nacional de España

El trabajo transformador de Ferrán Adrià en el campo de la gastronomía elevó a la alta cocina a la categoría de arte. El punto álgido de esta relación ocurrió a nivel internacional en 2007, cuando su restaurante El Bulli participó como pabellón internacional de la Documenta de Kassel. Desde entonces, numerosas instituciones culturales han examinado la relación de arte y cocina; en el caso de Ferrán Adrià, sus instrumentos, sus procesos creativos y sus innovaciones culinarias han aparecido en numerosas muestras, e incluso organizó una exposición en la que examinaba su propia idea de la creatividad basándose en los años de experimentación en El Bulli.

Cafetería en Royan, Picasso, 1940. Foto del autor

Ahora el Museu Picasso de Barcelona se apunta también a la revisión de arte y gastronomía en la figura de Picasso. Hasta el 30 de setiembre “La cocina de Picasso” indaga en cómo el pintor malagueño tuvo un enorme vínculo con la gastronomía. Así, en sus años de formación en Barcelona frecuentaba el círculo bohemio en el local de Els Quatre Gats; sus bodegones cubistas son una referencia evidente a la mesa y sus productos; también se explica cómo a lo largo de la vida de Picasso, como buen hijo del Mediterráneo, las reuniones en torno a la mesa son importantes, reflejándose en su pintura; y, por último, cómo imprime la comida en su producción cerámica, primero con colores, después literalmente, colocando directamente el producto, como las espinas de un pez. La exposición de “La cocina de Picasso” cuenta con una sala extra “¿Qué es la cocina?” en la que Ferrán Adrià nos ofrece su visión de este arte a través de su propia experiencia en torno a los fogones.

Fotografía de Picasso ante sus obras en cerámica

Para continuar hablando de cocina vamos a remontarnos un poco de tiempo hacia atrás, incluso hace muchos siglos. En este paseo por la gastronomía como un hecho cultural no puede faltar el proyecto de la Biblioteca Nacional de EspañaChef BNE. Esta institución alberga una cantidad ingente de documentos históricos y tiene una excepcional capacidad didáctica para hablar sobre ellos en las redes sociales, en su blog y en iniciativas con voz propia. Chef BNE es uno de estos proyectos en los que se toman doce recetarios antiguos de la colección, los cuales son analizados por historiadores y cocineros. Los historiadores revisan las recetas y explican los pasos en los antiguos recetarios, los chefs toman esos documentos y realizan el plato con los medios actuales.

Web del proyecto Chef BNE

Además de en el blog, se producían contenidos acerca de las recetas en una cuenta creada para la ocasión en Twitter e Instagram. Los seguidores pueden encontrar las referencias de platos históricos como la olla podrida, el garum, la ratafía, las berenjenas a la morisca…y ver cómo se realizan estos deliciosos manjares que hablan por sí solos de la extraordinaria herencia culinaria de nuestro país. De momento la Biblioteca Nacional de España ha realizado sólo una edición, pero no descartan abrir de nuevo este proyecto en el futuro.

El perfil de Twitter de Chef BNE

En definitiva, la cocina se revela como uno de los hechos culturales más característicos de la humanidad, que define un lugar y un momento histórico. Así se ve en “La cocina de Picasso” en el Museu Picasso de Barcelona y en los documentos históricos de la Biblioteca Nacional de España en torno a Chef BNE. ¡Un placer para los sentidos!


¿Quieres tener cada semana el último artículo de La Cultura Social en tu correo electrónico? Apúntate en este enlace: https://goo.gl/tiBvdM

¿Te ha gustado esta lectura? Suscríbete para recibirlos próximos artículos en tu correo

* indicates required

2 Comments

  1. Manel Miró el 22/08/2018 a las 12:14

    Leo tu post con interés Nacho porque desde hace años considero a la cocina y a la gastronomía como hechos culturales con una capacidad extraordinaria para interpretar sociedades y comunidades pasadas, presentes y futuras. El año 1997 organicé un debate en Peralada sobre la gastronomía como recurso para el turismo cultural en el que participó Ferran Adrià y se llegó a la conclusión de que la gastronomía merecería formar parte del paquete básico en la educación primaria y secundaria. El año 2005 participé en Ribadeo en un curso de verano de la Universidade de Coruña dedicado a la relación de los museos con la gastronomía. En mi ponencia puse en evidencia que el tema de la gastronomía apenas había interesado a los museos mientras que la antropología le había dedicado muchos estudios a la relación entre cocina, gastronomía y cultura. Ponía como ejemplo los museos arqueológicos, la mayoría de los cuales tienen un porcentaje altísimo de piezas vinculadas a la gastronomía (ollas, platos, tazas, vasos, cerámicas de almacenamiento de alimentos, de transporte, etc) y apenas tratan el tema de la comida, la cocina o la gastronomía.
    Creo que sólo a partir de la explosión mediática de la cocina, impulsada desde programas de televisión, y de la aparición de «chefs» mediáticos promovida por revistas de ránkings de restaurantes, que los museos han empezado a interesarse por la cocina a partir de exposiciones que también buscan más un efecto mediático que otra cosa. Por contra, en los últimos veinte años, la cultura gastronómica de cocineras y cocineros se ha incrementado extraordinariamente lo que se traduce en una mayor inquietud por la vertiente cultural del trabajo de restauración.
    La gastronomía, como la música, es una actividad cuyo principal objetivo es conseguir la felicidad de las personas a partir de proporcionarles placer y emoción. Pero además, la educación gastronómica, como la musical, es fundamental para la formación de personas con una alta conciencia cívica. Una educación orientada a enseñar las virtudes y defectos nutricionales de los alimentos, orientada a conocer el entorno inmediato y el calendario de productos, orientada a saber cómo cocinar con eficacia los alimentos, orientada a dar a conocer las diferentes culturas gastronómicas, contribuiría a formar ciudadanos y ciudadanas con un mayor espíritu crítico en favor de la conservación del medio ambiente y del respeto por la diversidad.

    • La cultura social el 22/08/2018 a las 13:21

      Gracias por tu comentario, Manel.
      Yo también creo en el extraordinario papel de la gastronomía y la cocina. Por eso veo con alegría que muchos museos e instituciones se dediquen a incluir esta temática en sus proyectos, aunque también esté detrás toda la mediatización de la cocina.

Deja un comentario